Había cumplido cuarenta y seis años, el pasado mes de Julio, y ya su físico no era igual de aguerrido, que el de aquella noche de 1820, en los altos llanos de Apure, Venezuela, donde había llegado con miles de soldados en su tropa. Ya después de haber liberado dieciocho provincias del dominio español, logrado la capitanía de Venezuela y la presidencia de Quito, donde aun no se retractaba de su sueño fantástico del a nación más grande del mundo. Un país libre desde México, hasta el cabo de hornos ; y viéndose con todos los suyos maltratados y medio muertos ,había aprendido muchos motivos para saber que ninguna derrota era la última, tanto lucho aquella ves ,que nunca se sintió y se sentaría tan glorioso.
Al contrario a medida que bajaba de peso sentía que disminuía de estatura, sus rizos caribes ya eran de cenizas, se podía ver sus huesos, bastantes ojeras que cada día más mostraban su triste situación.
Se encontraba en Santa fe, aquel pueblo de vientos helados.
“es tierra de infieles “dijo, dos noches antes de su partida.
Los últimos días en esta tierra ,los paso junto a Manuelita Sáenz ,la aguerrida quiteña que lo amaba pero no lo seguiría a la muerte .Ocho años de amores ardientes no se irían tan rápido ,solía recordar cuando se conocieron, en aquel baile en Quito , estaba casada con el doctor James Thorne ,un medico ingles implantado en la aristocracia de Lima ,pero huyo, al lado de Simón Bolívar , amaba los animales exóticos ,tenía dos perros , cinco gatos, un mico, dos cacatúas y muchos más animales.
Además de ser la mujer que cerró la herida de la muerte de su esposa, veintisiete años antes, era también su confidente y su guardiana, le contaba todo y hasta el último momento que decidió partir, ella se quedo informando al general de lo sucedido en Santa fe, pues por su cercanía al palacio de san Carlos se decía que era la mujer más informada de la ciudad.
Una noche antes de partir, al final de la jornada, un grupo seiscientos ochenta y nueve granaderos se habían sublevado, con la excusa de reclamar pago de meses de sueldo atrasado, pero con la verdadera intención de ayudarlo a escapar, el motivo para ayudarlo es que la mayoría de ellos eran venezolanos y le debían a él su libertad, ya que muchos de ellos habían vivido con el las guerras de liberación de las cuatro naciones.
Antes de partir, redactó y presentó al consejo de Colombia su renuncia , el 20 de enero de 1830, retracta y deja claro su abandono a la nacion.
“quédese “le dijo el ministro” y haga un último intento por salvar la patria”
“ya no tengo patria por la cual sacrificarme” replico.
Dejando todo terminado, con su renuncia, traicionado por aquel pueblo que lo desprecio, ya a Manuelita nunca más volvió a ver, partió el ocho de mayo hacia Cartagena que se convertiría en su destino final.
No podía creerlo, el despantrajoso, escuálido y huyendo como un criminal, de su propia decepción, al salir de la cuidad con José palacios y su sequito, unas cuantas cosas en su equipaje; una persona a que lo ve pasar proclama:
“ve con Dios, fantasma”
Al partir su camino el plan era, pasar por Facatativa y Guaduas, en Honda abordar el río Magdalena ,hasta poder llegar a Cartagena y allí tomar un velero que lo llevaría a Europa, para evitar el dolor de de sentir que la patria boba ,su propia hija ,lo mató.
El camino hacia Facatativa fue bastante lluvioso, se refugiaron en un monasterio, se despidió de su sequito y prosiguió su viaje con: José María Carreño, su edecán irlandés, Belfort Hinton Wilson, Fernando su sobrino, el capitán Andrés Ibarra, José de la Cruz Paredes y José Palacios se refugiaron.
Agotado por el delirio de la primera noche, no comió nada, solo recibió una lavativa de zen que Fernanda cuarta ,su cocinera personal , le preparo para descargar el vientre, no pudo dormir, así que decidió deambular por los pasillos de la hacienda desnudo, cuando diviso a lo lejos ,a la reina María Luisa sentada en el muro , un hermosa mulata en la flor de edad, envuelta en un pañolón de cuerpo, se acerco asía ella y la abrazo fuertemente , le quito la tela y descubrió su desnudez, la llevo a la hamaca.
A la mañana siguiente, antes de partir, se la compro a el dueño de la hacienda, y le pregunto:
-¿te quedas, o te vas cono nosotros?
-me quedo, señor – respondió
Y nunca más la volvió a ver.
Toda la noche estuvo soñando con “casandro” a si llamaba al general Santander, su más grande enemigo, segundo hombre de la independencia y primero en el ordenamiento jurídico. El atentado del 25 de Septiembre, cuando tuvo que huir por la ventana, y su vida se salvo gracias a la astucia de Manuelita Sáenz, el tribunal dirigido por Urdaneta, lo proclamo como conspirador directo, fue condenado a muerte pero después reducido, a salida del país.
Lo que temía con estos sueños, es que fueran un presagio, y que el actual presidente Joaquín Mosquera lo llamara del exilio de París, al no ver otra salida después de la muerte del general.
La siguiente noche se le dio por jugar, cascarela le gallega, un juego criollo más tarde nombrado, naipe, jugó con Wilson hasta las dos de la mañana, terminaron indecisos por el ganador, gracias al afán de Carreño.
Emprendieron y coronaron la última montaña, donde se diviso a lo lejos la ciudad de Honda.
Al llegar, un desfile Y el gobernador Posada Gutiérrez, lo reciben; por la fiebre, no pudo disfrutar de lo programado, pero acepto un paseo por las minas de plata , esto le hiso recordar aquellos grandes festines organizados por él y José palacios.
La última noche abrieron la fiesta con el valse de la victoria y él bailó entusiasta, con cada una de las invitadas ,cuando regreso le avisaron que una mujer elegante lo esperaba ,Miranda Lindsay ¡¡¡,una joven muchacha ,se habían conocido 15 años antes en kingston, era la única hija de sir London Lindsay ,hablaba perfecto el ingles, conversaron un buen rato y almorzaron ,luego ella se fue; de regreso a su casa el papa de Miranda le pregunto sobre él ,ella solo dijo:
“He feels, he is Bonaparte”
Días después el general recibió una carta, de encuentro con ella, cuando Bolívar llego al sitio acordado la encontró en caballo, caminaron hasta una iglesia derrumbada y allí, estaba tan cerca que intento besarla, pero solo decía:
“todo a su tiempo”
Cuando regreso se dio cuenta que era un estrategia para salvarlo de un atentado; la mañana siguiente le agradeció, y se despidió, haciéndole el ultimo favor, trasladar a su esposo a una sede cerca para poderlo ver, y empezaría su aventura por el río magdalena.
“AMÉRICA, ES UN MEDIO MUNDO, QUE SE HA VUELTO LOCO”
Por: PAULA CASTRO